Las vitaminas liposolubles, son aquellas que pueden disolverse en grasas y se pueden almacenar durante algún tiempo en tejidos grasos.
¿Cuáles son las vitaminas liposolubles y sus tipos?
Las vitaminas consideradas liposolubles son cuatro, la vitamina A, la vitamina D proveniente del sol, la vitamina E o tocoferol y finalmente la vitamina K. Ahora bien, dentro de cada vitamina podemos encontrar diferentes formas básicas o químicas de las mismas. Por ejemplo, en la vitamina A se encuentra en forma de retinol o de carotenoides. Igualmente, de la vitamina D podemos conseguir dos tipos que son vitamina D2 o ergocalciferol y vitamina D3 o colecalciferol; cada una de ellas con propiedades indispensables en el desarrollo de los huesos.
Asimismo, los tipos de vitaminas liposolubles las podemos encontrar según su origen, de tipo vegetal como los carotenos y las de origen animal. Las vitaminas liposolubles de origen vegetal son aquellas que provienen de las verduras, frutas y hortalizas. Todas estas requieren un vehículo aceitoso para ser absorbidas. Mientras, que las vitaminas liposolubles de origen animal, son incorporadas en la dieta con las grasas necesarias para su absorción.
¿Para qué sirven vitaminas liposolubles?
Las vitaminas liposolubles, sirven para que las células lleven a cabo múltiples e importantes funciones dentro del organismo. Entre ellas, cumplen funciones de almacenamiento de las grasas, formación, desarrollo, protección y mantenimiento de las estructuras del cuerpo. Asimismo, intervienen en el metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono y los lípidos.
También, tienen propiedades antioxidantes que benefician nuestro organismo y fortalecen el sistema inmunológico. En general, actúan sobre todos los tejidos, visión, huesos, mucosas, sangre, aparato circulatorio, etc. Todos los sistemas del cuerpo funcionan y son atendidos, de alguna forma por las vitaminas liposolubles.
¿Dónde se acumulan las vitaminas liposolubles?
Al poder diluirse en las grasas, las vitaminas liposolubles, tienen afinidad, se almacenan y acumulan en aquellos órganos o sistemas con células y tejidos grasos. De tal forma, que tienden a acumularse en el organismo, específicamente en los órganos de purificación como el hígado, el páncreas y los tejidos adiposos.
Cabe destacar, que es muy importante el consumo de ácidos grasos oleicos, omega 3, omega 6 y omega 9; ya que, éstos son útiles para ayudar a la absorción y a la acumulación de las vitaminas liposolubles en todo el cuerpo.
¿Dónde encontramos vitaminas las liposolubles?
Desde siempre las vitaminas liposolubles las podemos encontrar en diferentes fuentes, provenientes de la naturaleza:
La vitamina A
Podemos encontrarla en forma de retinol o vitamina A preparada y como carotenoides o provitamina A. El retinol, lo encontramos en alimentos de origen animal, aceite de hígado de bacalao, hígado, yema de huevo, productos lácteos. Mientras que los carotenoides o betacarotenos, los encontraremos en alimentos de origen vegetal y nuestro hígado los convertirá en vitamina A. Específicamente en vegetales de hojas verdes como acelgas, espinacas, brócolis, en verduras y frutas de color amarillo, anaranjado y rojo, como zanahorias, calabazas, melones, melocotones, papaya, mango y tomates.
La vitamina D
Se dice que realmente no es una vitamina, sino una hormona esteroidea y es conocida como la vitamina de la luz solar. Resulta, que nuestro cuerpo produce más del 80% de ésta vitamina en forma de vitamina D3, a partir de la acción que ejerce la luz ultravioleta de los rayos del sol sobre el colesterol presente en nuestra piel. El otro pequeño porcentaje, ingresa al organismo a través de la dieta en forma de vitamina D2 o ergosterol, añadido en algunos alimentos como los lácteos.
La vitamina D podemos proveerla naturalmente del aceite de hígado de pescado, mantequilla, huevos, cereales enriquecidos, leche y derivados. Por último, existen fuentes suplementarias, que son los preparados farmacológicos por diferentes vías, de vitamina D en forma de ergocalciferol.
La vitamina E
No puede ser fabricada por nuestro organismo, por lo que debemos proveerla con la dieta y suplementos.
La vitamina K
Podemos encontrarla de manera natural, en dos formas liposolubles; la filoquinona presente en vegetales verdes y la menaquinona que la producen las bacterias de nuestra flora normal intestinal.
En resumidas cuentas, las principales fuentes de vitaminas liposolubles de tipo vegetal son zanahorias, calabaza, nueces, semillas de sésamo, oliva, alfalfa. Mientras que si buscamos vitaminas liposolubles de tipo animal lo conseguiremos en la grasa de res y cerdo, vísceras e hígados de pescados y ganado.
Debemos recordar que para tomar vitaminas correctamente lo ideal es una dieta adecuada, rica en vegetales y frutas crudas. Así como, verduras y hortalizas crudas o cocidas, combinadas con proteínas animales como carnes de ganado, conejo, cerdo o pescados.
Además, debemos tener presente que los alimentos más ricos en vitaminas liposolubles son aquellos ricos en aceites y grasas. Ya que, es donde se consiguen con un vehículo perfecto para su absorción por parte del organismo. Alimentos como nueces, cacahuetes, cereales, semillas como sésamo, olivas, algunas frutas o verduras, derivados animales como huevos, hígados y vísceras.
¿Por dónde se eliminan las vitaminas liposolubles?
Por su capacidad de almacenarse en tejidos grasos, las vitaminas liposolubles tienen la propiedad de acumularse y una de sus desventajas es la dificultad de eliminación. Con lo cual, eliminarlas del organismo o reducir sus niveles excesivos, no es cosa fácil. Unas de las formas de eliminación es por orina y sudor, sin embargo, por dichas vías se eliminan muy poco.
Entonces, para tomar vitaminas liposolubles correctamente hay que tener en cuenta las dosis adecuadas, de forma que no caigamos en excesos de vitaminas en nuestro cuerpo. Debido a que, una de las características de las vitaminas liposolubles es que sus niveles excesivos, pueden convertirse en tóxicos. Aunque, por lo general son raros, es una precaución muy importante que debemos tomar en cuenta.
¿Quién descubrió las vitaminas liposolubles?
El descubrimiento de las vitaminas liposolubles se le atribuye a diferentes científicos y las mismas, fueron descubiertas progresivamente. Aunque, desde la era romana se reconocía la existencia de nutrientes vitales con diferentes funciones en el organismo. Para 1.753, el Dr. James Lind escribió un tratado sobre la enfermedad, donde por primera vez menciona el valor nutricional de las frutas y de las verduras.
Pero a pesar de esto, es en el siglo XX que se identificaron las primeras vitaminas, como las conocemos actualmente. Y el nombre de vitaminas se debe al científico Casimir Funk, que describió éstas sustancias nutritivas vitales en los alimentos. Luego, cada vitamina fue descubierta o reconocida en diferentes investigaciones y por científicos diversos:
- Elmer Verner McCollum descubrió la vitamina A en 1913.
- La vitamina D fue sintetizada en 1922 por Edward Mellanby.
- En 1922 por Herbert Mclean y Katherine Bishop descubrieron la vitamina E.
- El premio Nobel Carl Henrik descubrió la vitamina K en 1939.
Vitaminas liposolubles y sus funciones
Las vitaminas liposolubles cumplen funciones importantísimas en nuestro organismo, participan en procesos enzimáticos y de formación de nuestras estructuras vitales. Entonces, son vitales para la visión, los huesos, el colágeno, el calcio, la piel y demás mucosas. También, para el cerebro, sistema inmunológico y el cardiovascular, que son los principales beneficiarios de las vitaminas liposolubles.
La vitamina K, es indispensable en el proceso de coagulación normal de la sangre, se conoce como factor antihemorrágico. Por consiguiente, la protrobina y otros factores de la coagulación dependen de la vitamina K para poder producirse. Además, desempeña un papel fundamental en la formación de los huesos y la conservación de la salud ósea. Por lo tanto, interviene e influye en el proceso de crecimiento y desarrollo del ser humano.
El exceso de vitaminas liposolubles
Podemos consumir grandes cantidades de betacarotenos, sin llegar a presentar efectos secundarios, aunque aparezca un leve tinte amarillento en piel. Y no tiene importancia patológica, lo que no nos ocasiona ninguna enfermedad. Pero, el retinol, si puede acumular niveles tóxicos en el organismo, a partir de excesivas ingestas durante prolongados periodos de tiempo.
También, las concentraciones elevadas de vitamina D, pueden ser potencialmente tóxicas y producir el exceso de calcificación en los tejidos. Dichos efectos indeseables pudieran ser irreversibles si se mantienen en el tiempo.
El exceso de vitamina E se almacena en los tejidos durante varios días. Lo que se debe a que el cuerpo no la elimina inmediatamente, sino de forma lenta y progresiva.
Las recomendaciones principales para evitar excesos de vitaminas liposolubles son:
- Evitar el consumo de suplementos de vitaminas liposolubles sin supervisión médica.
- Consumir alimentos de origen animal o vísceras (de res o cerdo) máximo 2 veces por semana.
- Evitar el consumo de suplementos de vitaminas liposolubles por más de 30 días corridos.
- Cuidar el peso corporal, para evitar los cúmulos de grasa alrededor del hígado y el páncreas, provenientes de vitaminas liposolubles.
¿Cómo absorbemos las vitaminas liposolubles?
Es importante para la absorción de las vitaminas liposolubles, conocer primero que cada persona tiene requerimientos diferentes de vitaminas en virtud de sus características propias. Por lo tanto, la absorción de vitaminas liposolubles variará en relación a la persona y también a la forma de consumirlas.
Es así, como la regla de oro para la absorción de las vitaminas liposolubles es proveerlas de un vehículo idóneo, graso para su ingreso al organismo, por ejemplo el aceite de hígado de bacalao como fuente de vitaminas A y D, o el aceite de oliva como fuente de vitamina E. Igualmente, es importante en las dietas bajas en grasa proveer de los aceites necesarios para diluir y facilitar la absorción de este tipo de vitaminas en el organismo.
Deficiencia de vitaminas liposolubles
Como ya hemos sabido, las vitaminas liposolubles cumplen funciones de sostén del organismo. Por lo que su deficiencia, ataca directamente a los macrosistemas del cuerpo humano, como los huesos, el cerebro, la piel y las mucosas.
Cuando tenemos deficiencias de vitaminas liposolubles conseguiremos problemas en todo el organismo, en la vista, la piel, de fertilidad, huesos, entre otros. Incluso, deficiencias de estas vitaminas en el embarazo se asocian con las pérdidas dentarias de la mujer y también con los nacimientos de bajo peso o poco desarrollo óseo y otros trastornos.
Particularmente, la deficiencia de vitamina A está relacionada con trastornos de la visión, cardiovasculares, aterosclerosis, colitis, etc. La deficiencia de vitamina D, ocasiona raquitismo, problemas del crecimiento y desarrollo. Niveles deficientes de vitamina E afectan al sistema cardiovascular, al sistema nervioso y a los procesos oxidativos de las células que reducen los radicales libres, con lo cual contribuyen a acelerar el envejecimiento y se han venido relacionando con enfermedades como el cáncer.
Por último, deficiencias de vitamina K provocan trastornos de la coagulación, hemorragias y procesos inflamatorios, sólo por mencionar los más importantes.