La atractiva idea de cenar con frutas para adelgazar, además de deliciosa y aparentemente sana, ofrece alimentos frescos directo de la naturaleza a tu mesa para deleitar tu paladar, sin embargo debemos descubrir lo que se esconde detrás de tan ricos manjares, pues puede que no te ayuden a bajar de peso.
El mito de cenar sólo con frutas para adelgazar
Dependiendo de la fruta o frutas que elijas para cenar, estarás sumando además de sabor directo a tus papilas gustativas, fibra, vitaminas, minerales, pero también azúcar, ahí se encuentra el gran detalle de cenar con frutas, pues si eliges varias frutas con elevado índice glucémico como las bananas, mangos, melocotones, lechosa o papaya, melón, peras, sandía, nísperos, duraznos, ciruelas; puedes tener un rica cena en tus manos, sin embargo al consumir grandes porciones puedes elevar tus niveles de azúcar en sangre y al irte a dormir en corto tiempo, la inactividad propia del sueño y período de descanso evitará que consumas todos esos carbohidratos naturales ricos en glucosa y fructosa que terminarán luego almacenados en tu abdomen, cintura, cadera y todas esas zonas que acumulan naturalmente grasa.
Un error de novatos: elegir sólo un tipo de fruta para adelgazar
Existen muchas dietas que prometen bajar de peso en sólo unos días si la persona se limita a comer sólo un mismo tipo de fruta para perder peso, esto además de resultar sólo por 1 o 2 días, para el tercer día la persona se cansa y suele detestar el mismo tipo de alimento en la mañana, al mediodía y en la cena, es por ello que debe existir variedad en lo que comemos para el desayuno, el almuerzo y la cena, obviamente podemos merendar con frutas, siempre y cuando éstas sean con bajo índice glucémico y sean de diferentes texturas, colores y sabores, ya que esto hace mucho más rica la dieta y podemos mantenerla con optimismo por mucho más tiempo sin aburrirnos.
Una conveniente cena con fruta para bajar de peso
Existen buenos ejemplos de frutas para adelgazar de forma saludable como las fresas, moras, naranjas o mandarinas, y hasta la piña puede ser una buena opción, pues además de ser ricas en vitamina C y antioxidantes como los flavonoides propios de las frutas rojas, y con propiedades diuréticas (que ayudan a eliminar líquidos a través de la orina) como ocurre en el caso de la piña, contienen fibra y también azúcar, pero ésta última en menor proporción que las anteriores.
Cuidado con las porciones
Hay que respetar el tamaño de las proporciones, en el caso de las frutas pequeñas como cerezas y moras, es conveniente picarlas en mitades y consumir máximo una taza antes de las cinco de la tarde, también pueden mezclarse con yogur descremado, pero es importante que la fruta esté entera, no licuada, ya que al licuarse se rompe la fibra y se libera el azúcar, y la idea es que al masticarla queden suficientes restos de fibra que luego ayudarán a llevar una mejor digestión. En el caso de la mandarina y naranja, se recomienda comer sólo una por vez.
