Ir a la playa siempre saca sonrisas a los que estamos acostumbrados a estar en medio de la maraña citadina. La playa para los que viven en la costa es sinónimo de libertad y para los que viven en zonas montañosas es sinónimo de aventura sobre olas. Te presentamos otra visión a la hora de planificar reconfortarte entre el vaivén de las olas, descubrirás que existe otra alternativa para perder peso, incluso cuando se está de vacaciones. ¿Quieres saber cómo? te diremos a continuación.
Primera rutina: Amanecer en la playa
Sale el sol, el mar está calmado y tú estás feliz de estar allí. Aprovecha las primeras horas del día, antes que el sol termine de salir y camina por la arena, levanta tus brazos, inhala y exhala y ve calentando tu cuerpo para seguir con un trote ligero pero constante. ¿Te sientes bien de sólo pensarlo verdad? Mejor te sentirás cuando lo ejecutes porque estás pensando en ti y estas entrando en contacto con la naturaleza. Una vez finalizado el trote date un baño de playa, actívate y despierta a los que aún duermen.
Segunda rutina: No desperdicies ni un minuto frente al mar
Se siente el entusiasmo porque estás entre familiares y amigos, aprovéchalos para que trabajen en equipo. Recuerda que los deportes que se practican en la arena tienen mayor impacto porque haces mayor esfuerzo en las pantorrillas, muslos y piernas. Llévate varios balones y convéncelos de participar en futbol y voleibol de playa, las raquetas tampoco pueden faltar, un partido siempre es oportuno mientras refrescas tus pies con la arena mojada. ¿Ves lo sencillo que es? Sólo necesitas animarte, usar bloqueador solar y beber mucha agua. Si se te fué el tiempo y te diste cuenta que es hora de almorzar no desperdicies la ocasión y consume productos marinos, el pescado aportará a tu organismo fosforo, omega 3 y se digiere rápido, puedes complementar con una ensalada cruda y un refrescante jugo natural.
Tercera rutina: en la tarde vamos más suave
Después de una tarde llena de acción es bien merecido un descanso en la arena, no te preocupes si te quedas dormido, siempre y cuando te protejas de los rayos ultravioleta. Las horas de sueño y la relajación ayudan a adelgazar. Muchas veces nuestra rutina y los problemas son tan agobiantes que acumulamos mucho líquido en nuestro cuerpo, nos hinchamos y tendemos a comer más porque pasamos más horas despiertos. Una vez que te hayas incorporado nada un buen rato y prepárate para cerrar el día.
Cuarta rutina: noche de risas y relax
La noche en la playa se presta para muchas cosas, pero como nuestra intención es perder peso y disfrutar la estadía, puedes preparar un menú para cenar ligero y delicioso. Acompáñate con gente que haga de tu velada una noche magnífica para reír, hablar y planificar las actividades que podrás hacer al día siguiente. Aún quedan muchas cosas que hacer y que contribuyen a mejorar tu cuerpo. Aprovecha el mar, la brisa y la compañía y llénate de vida para perder peso en la playa.