Está claro que en casi todos los ámbitos de la vida, habitualmente se nos plantea algún tipo de disyuntiva. Y, cómo no, a la hora de pensar en la posibilidad de seguir una dieta para reducir peso, es necesario elegir entre los distintos tipos de alimentos que se ofrecen en el mercado.
En este caso vamos a hablar sobre los beneficios de llevar una dieta en la que predomine el consumo de pescado sobre el de carne. Qué dilema para aquéllos a quienes les encanta la “chicha” y no son grandes consumidores de pescado; para los “carnívoros” que viven con la creencia de que es imposible sustituir un buen “chuletón” por cualquier otro alimento -mucho menos por pescado-. Pues aquí vamos a intentar convencer a ese colectivo de las ventajas que conlleva el predominio del pescado sobre la carne en cualquier dieta, en especial en una destinada a reducir peso.
Por qué más pescado que carne
Sencillamente, porque el pescado es un alimento que aporta la cantidad de proteínas que nuestro organismo necesita para desarrollar una vida saludable y contiene una cantidad considerable de grasas, las llamadas grasas poli-insaturadas, beneficiosas para el organismo, porque son de fácil metabolización. Sin embargo, la carne -en especial la carne roja-, aporta una cantidad de grasas saturadas que, en la mayoría de los casos, el organismo no es capaz de metabolizar. Con esto no se aboga por eliminar de la dieta el consumo de carne, sino por disminuirlo al tiempo que se aumenta proporcionalmente la ingesta de pescado.
Los pescados
Y una vez que ya hemos aclarado por qué es más saludable el consumo de pescado que el de carne, hay que tener en cuenta que existen dos tipos de pescado: el pescado blanco y el pescado azul. Pues bien, para poder presumir de seguir una dieta saludable, es necesario incluirlos a ambos en nuestra alimentación semanal, si bien la diferencia entre ellos radica principalmente en el contenido en grasa que cada uno tiene. El pescado azul tiene un mayor contenido en grasa que el pescado blanco. Sin embargo, el valor nutricional del primero es mayor, dado su alto contenido en Omega 3. Este ácido graso poli-insaturado ayuda a regular el nivel de colesterol en sangre, motivo por el cual es un buen aliado de la salud cardiovascular. Son grasas que no se acumulan en nuestras paredes arteriales.
Algunos de los pescados blancos más habituales y de mayor consumo en nuestro país son el lenguado, la merluza, el rape, el bacalao, el mero, la lubina, la dorada.
Entre los pescados azules más conocidos tenemos el salmón, el atún, el besugo, el arenque, el bocarte, el pez espada, la caballa, la sardina, la lamprea.
Un ejemplo
Como ejemplo ilustrativo de todo lo que acabamos de exponer, citaremos el caso del escritor y corredor maratoniano Haruki Murakami. Este autor cuenta en su libro autobiográfico “De qué hablo cuando hablo de correr”, cómo modificó su dieta cuando incorporó en su vida cotidiana la afición por el running. Aunque no necesitaba perder peso -ya sabemos que los japoneses, por lo general, están delgados-, optó por incrementar en sus hábitos culinarios el consumo de pescado y disminuir la ingesta de carne. Haruki Murakami cuenta cómo con esta modificación en su dieta, en poco tiempo observó un cambio en su anatomía corporal. Consiguió una figura más esbelta y estilizada.