Descubre cómo una alimentación adecuada puede ser clave en el tratamiento de la migraña y mejora tu calidad de vida
La migraña es una cefalea primaria que afecta a una gran parte de la población mundial, aproximadamente al 15%. Esta condición se caracteriza por la presencia de crisis de dolor de cabeza que pueden durar de 4 a 72 horas. Existen diferentes tipos de migraña, entre ellos la migraña sin aura, la migraña con aura y la migraña crónica.
Las causas de la migraña son diversas y pueden incluir factores genéticos, hormonales, un estilo de vida inadecuado, alergias alimentarias, hipoglucemia y el déficit de la enzima DiAmino Oxidasa (DAO). Además, la migraña afecta principalmente a las mujeres y puede ser desencadenada por la caída de estrógenos en diferentes etapas de la vida.
La migraña no solo causa un intenso dolor de cabeza, sino que también tiene un impacto negativo en la calidad de vida de quienes la padecen. De hecho, se estima que más del 80% de los pacientes experimentan algún grado de incapacidad debido a esta condición.
Tratamientos para la migraña
El tratamiento farmacológico de la migraña es amplio y varía según las características y necesidades de cada paciente. Entre los medicamentos más utilizados se encuentran los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los triptanes. En algunos casos, también se pueden recetar antiepilépticos, antidepresivos y toxina botulínica.
Además de los tratamientos farmacológicos, se recomienda utilizar técnicas no farmacológicas para aliviar los síntomas de la migraña. Algunas de estas técnicas incluyen el yoga, la meditación, el mindfulness, la acupuntura, la hidroterapia y el biofeedback.
Alimentación y migraña
Una alimentación adecuada puede desempeñar un papel importante en el tratamiento de la migraña. Existen ciertos alimentos que se ha demostrado que pueden ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de las crisis de migraña. Estos alimentos suelen ser ricos en vitaminas B2 y C, magnesio y ácidos grasos insaturados.
Por otro lado, también es importante evitar aquellos alimentos y hábitos que pueden desencadenar crisis de migraña. Algunos de estos desencadenantes comunes incluyen las conservas de pescado, los lácteos, el marisco, los embutidos, el vinagre, los productos fermentados, el tomate, el aguacate, el chocolate, el glutamato monosódico y el alcohol.
Es importante destacar que el consumo de café puede tener un efecto contradictorio en la migraña. En pequeñas dosis, el café puede actuar como analgésico y aliviar el dolor de cabeza. Sin embargo, en cantidades elevadas, el café puede llegar a agravar el dolor y desencadenar una crisis de migraña.
Otro aspecto fundamental en el manejo de la migraña es mantenerse correctamente hidratado. Se recomienda beber de 6 a 8 vasos de agua al día para evitar la deshidratación, la cual puede desencadenar una crisis de migraña.
Además, se ha observado que el ayuno prolongado puede ser un desencadenante de migrañas. Por lo tanto, se recomienda llevar un horario ordenado de comidas y realizar varias ingestas a lo largo del día para evitar períodos prolongados de ayuno.
Por último, llevar un diario dietético puede ser de gran ayuda para identificar aquellos alimentos o sustancias que pueden desencadenar migrañas en cada persona. Registrar los alimentos consumidos y los síntomas experimentados puede ayudar a establecer patrones y eliminar los desencadenantes de la dieta.
Conclusiones
Si bien existen tratamientos farmacológicos disponibles, también se recomienda utilizar técnicas no farmacológicas y adoptar una alimentación adecuada para controlar las crisis de migraña.
Es importante evitar aquellos alimentos y hábitos que pueden desencadenar migrañas, como las conservas de pescado, los lácteos, el marisco, los embutidos, el vinagre, los productos fermentados, el tomate, el aguacate, el chocolate, el glutamato monosódico y el alcohol. Además, es fundamental mantenerse hidratado, llevar un horario ordenado de comidas y llevar un diario dietético para identificar los desencadenantes individuales.
Una buena alimentación, junto con un estilo de vida sano y el tratamiento farmacológico adecuado, puede contribuir a controlar las crisis de migraña y mejorar la calidad de vida de los pacientes.