Descubre cómo el ejercicio puede potenciar tu memoria y desbloquear todo tu potencial cognitivo. Conoce los mecanismos neurobiológicos que se activan durante el ejercicio y cómo afectan a la memoria a corto y largo plazo. ¡No te pierdas las sorprendentes conclusiones de los estudios más recientes sobre este fascinante tema!
El ejercicio físico es una actividad que, además de fortalecer nuestro cuerpo, tiene numerosos beneficios para nuestra salud mental. En particular, se ha demostrado que el ejercicio mejora la memoria, especialmente en tareas que requieren control ejecutivo y activación de áreas frontales del cerebro. Aunque se ha investigado menos sobre los efectos del ejercicio en tareas cognitivas que implican la memoria, los estudios realizados hasta ahora revelan una serie de aspectos relevantes que vale la pena destacar.
La memoria: corto plazo y largo plazo
La memoria es una función cognitiva fundamental que nos permite retener y recordar información. Se divide en dos categorías principales: la memoria de corto plazo y la memoria de largo plazo.
La memoria de corto plazo retiene información por breves períodos de tiempo, generalmente hasta 2 minutos. Es la capacidad que nos permite recordar un número de teléfono mientras lo marcamos o retener información relevante mientras realizamos una tarea.
Por otro lado, la memoria de largo plazo retiene recuerdos por un período más prolongado. Se divide en dos tipos: la memoria declarativa y la memoria no declarativa. La memoria declarativa se refiere a los recuerdos conscientes de hechos y eventos, mientras que la memoria no declarativa se basa en experiencias previas que nos ayudan a ejecutar una tarea sin recordarla conscientemente.
El cerebro y sus sistemas de memoria
Nuestro cerebro cuenta con múltiples sistemas de memoria que trabajan en conjunto para almacenar y recuperar información. Estos sistemas se distribuyen en diferentes áreas cerebrales y están involucrados en diferentes tipos de memoria.
El ejercicio físico desencadena una cascada de mecanismos neurobiológicos que mejoran el procesamiento de la memoria en los seres humanos. Estos mecanismos actúan a nivel molecular y celular, promoviendo la plasticidad sináptica y la formación de nuevas conexiones neuronales.
El ejercicio cardiovascular y la memoria a corto plazo
El ejercicio cardiovascular agudo, como caminar o correr, ha demostrado mejorar la memoria a corto plazo, especialmente la memoria visuoespacial. Este tipo de memoria nos permite recordar y orientarnos en el espacio, como por ejemplo, recordar el camino de regreso a casa o ubicar objetos en un entorno determinado.
Entre los diferentes tipos de ejercicio cardiovascular, se ha encontrado que caminar es la actividad más efectiva para mejorar la memoria a corto plazo. Además, se ha observado que el ejercicio cardiovascular de mediana duración y de ligera a moderada intensidad tiene el mayor efecto sobre la memoria a corto plazo.
El ejercicio cardiovascular y la memoria a largo plazo
El ejercicio cardiovascular a largo plazo también tiene efectos positivos en la memoria a largo plazo. Diversos estudios han demostrado que el ejercicio regular mejora la capacidad de retención de recuerdos y promueve la formación de nuevas conexiones sinápticas en áreas cerebrales clave para la memoria.
Además, se ha observado que el ejercicio cardiovascular puede retrasar problemas de memoria relacionados con el envejecimiento. Un estudio realizado en adultos mayores mostró que aquellos que realizaban ejercicio regularmente tenían un menor riesgo de deterioro cognitivo y una mejor función de la memoria en comparación con aquellos que llevaban una vida sedentaria.
Un hallazgo interesante es que aumentar progresivamente la duración y la intensidad del ejercicio cardiovascular puede tener un impacto significativo en la memoria. Un estudio realizado en ratones mostró que aquellos que se ejercitaban regularmente tenían un mayor volumen del hipocampo, una estructura cerebral clave para la memoria, en comparación con los ratones sedentarios.
Esto sugiere que el ejercicio cardiovascular a largo plazo puede tener un efecto positivo en la función de la memoria al promover el crecimiento y la plasticidad del hipocampo.
Combinando el ejercicio agudo y a largo plazo
Si bien el ejercicio agudo y a largo plazo tienen efectos positivos en la memoria por separado, combinar ambos tipos de ejercicio puede maximizar los beneficios. Un estudio realizado en adultos jóvenes encontró que aquellos que realizaban ejercicio cardiovascular agudo y a largo plazo tenían un mejor rendimiento en tareas de memoria en comparación con aquellos que solo realizaban uno de los tipos de ejercicio.
Esto sugiere que combinar el ejercicio agudo, como una sesión de caminata intensa, con el ejercicio a largo plazo, como una rutina regular de ejercicios cardiovasculares, puede tener un impacto sinérgico en la mejora de la memoria.
El ejercicio físico tiene efectos positivos en la memoria, tanto a corto plazo como a largo plazo. El ejercicio cardiovascular agudo mejora la memoria a corto plazo, especialmente la memoria visuoespacial. Caminar es el ejercicio cardiovascular más efectivo para mejorar la memoria a corto plazo. Por otro lado, el ejercicio cardiovascular a largo plazo mejora la memoria a largo plazo y puede retrasar problemas de memoria relacionados con el envejecimiento.
Es importante destacar que el ejercicio cardiovascular de mediana duración y de ligera a moderada intensidad tiene el mayor efecto sobre la memoria a corto plazo. Además, combinar el ejercicio agudo y a largo plazo maximiza los beneficios sobre la memoria.
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Autor del artículo: Laura Salmonte