Los electrolitos son minerales necesarios para regular el volumen de líquidos dentro y fuera de las células. En algunas condiciones, las cantidades de estas sustancias en el cuerpo se ven disminuidas por lo que se hace necesario reponerlas. Para ello, existen los electrolitos intravenosos que son sustancias que regulan la cantidad de líquidos en el cuerpo.
Las soluciones para reposición de agua y electrolitos se encuentran disponibles en dos grandes tipos de presentaciones. Para su uso oral e intravenosa.
Los electrolitos para uso oral son las soluciones más utilizadas. Estas soluciones están diseñadas para reponer pérdidas de líquidos y minerales en situaciones como la actividad deportiva. Igualmente, en el curso de algunas enfermedades gastrointestinales que llevan a la deshidratación.
En la medida que una persona tolere bien la administración oral, es decir, que pueda ingerir bebidas o alimentos y mantenerlos en su estómago, es preferible usar esta vía para la reposición de las pérdidas de líquidos. Cuando esto no es posible, por condiciones como los vómitos, se hace necesario administrar estas sustancias por otra vía, principalmente por vía intravenosa.
Necesidades y pérdidas diarias de líquidos
En condiciones normales los líquidos se pierden a través del aparato digestivo, sudor, respiración, heces (unos 100 ml al día) y por la orina. Esta es la principal forma de perder minerales, que puede alcanzar unos 1,5 a 3 litros al día. Esto depende de varios factores, tanto constitucionales del individuo como condiciones del entorno.
En el caso del sudor, su volumen es muy variable. Quizás, en personas sedentarias no juegue un papel muy importante. Pero en el caso de deportistas y atletas que realizan una actividad física intensa, el sudor puede representar una pérdida de hasta un litro de agua por cada hora de entrenamiento. En este volumen influyen factores como la temperatura ambiental y la reposición de líquidos durante la actividad física.
Los principales minerales del sudor son el sodio y el cloro. Las pérdidas de estas sustancias pueden relacionarse con la aparición de síntomas como fatiga, dolor de cabeza, debilidad, calambres en las piernas, náuseas e irritabilidad. Estas molestias son más acentuadas en personas que tienen un régimen de alimentación baja en sal.
¿Qué son los electrolitos intravenosos?
Son presentaciones que incluyen minerales como sodio, potasio, cloro, magnesio, fósforo y calcio disueltas en un líquido viscoso. Para ser administradas directamente al sistema circulatorio por las venas.
Una administración intravenosa, es la colocación de un dispositivo o catéter que permite tener acceso al sistema circulatorio, a través de una vena por un procedimiento conocido como venoclisis. Una vez colocada esta administración intravenosa, estos catéteres se sujetan y pueden mantenerse desde unos pocos minutos hasta 48 horas.
Existen dos tipos de adeministración intravenosas, las vías llamadas periféricas, en las que se aborda el sistema circulatorio mediante una de las venas de los brazos. Estas vías se emplean para la hidratación y suministro de medicamentos. Otro tipo de vías son los accesos centrales, estos están restringidos a pacientes graves o en los que se deben efectuar procedimientos a través de estos catéteres (por ejemplo medición de parámetros como la presión venosa central o la realización de procedimientos como los cateterismos).
¿Para qué se usan?
Se utilizan para reponer pérdidas de agua y minerales. Principalmente, en condiciones como:
- Deshidratación severa
- Quemaduras extensas
- Hemorragias
- Corregir trastornos específicos de un mineral, como por ejemplo los niveles bajos de sodio que acompañan al abuso de sustancias diuréticas.
- Corregir trastornos del pH (grado de acidez) de la sangre, como la acidosis o la alcalosis metabólica.
- Suplementar estas sustancias en condiciones como la dieta absoluta en los pre o postoperatorios.
Principales tipos de preparaciones de minerales intravenosos
Existen diversos tipos de soluciones. Estas difieren en la combinación y en la concentración de estos minerales.
Ringer lactato.
También se conoce como solución de Hartmann. Está constituida por agua, sodio, potasio, cloro, calcio y lactato. Se emplea para reponer líquidos y minerales, tanto a nivel sanguíneo como de las células. En especial cuando hay pérdidas por la vía digestiva o tras una quemadura extensa.
Solución fisiológica.
Tambien conocida como solución isotónica esta compuesta de cloruro de sodio al 0,9%. Es la más común, que se emplea para reponer líquidos, en situaciones en las que la pérdida de fluidos disminuye la presión arterial. Igualmente, se utiliza para lavar heridas o tejidos durante las cirugías o procedimientos.
Solución hipertónica.
Compuesta de sodio y cloro muy concentrada, que se utiliza cuando se quiere mover líquidos de las células hacia la sangre. Por ejemplo cuando hay edema del cerebro (hinchazón) como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico.
Solución hipotónica.
Se compone por cloruro de sodio al 0,45%, que es la mitad de la concentración existente en la solución fisiológica. Tiene una menor concentración que la de la sangre por lo que se utiliza cuando existen sustancias muy concentradas en esta. Y se busca aportar agua principalmente para diluirlas. Por ejemplo, en los casos de como diabético, en donde hay unas concentraciones muy elevadas de azúcar en la sangre. Igualmente, cuando hay una condición llamada hipernatremia en la que los niveles de sodio se encuentran elevados.
Solución glucosada.
Es cristaloide y contiene cloro, sodio y dextrosa. Se emplea en los casos en que exista deshidratación con niveles bajos de azúcar en sangre. Como cuando existe ayuno prolongado o tras el uso de dosis altas de insulina o medicamentos para disminuir la glicemia. Existen dos presentaciones una isotónica y otra hipertónica.
Uso de electrolitos intravenosos
Las diversas presentaciones intravenosas son productos de uso hospitalario. La administración de estos preparados debe ser llevada a cabo por profesionales de la salud. Ya que su uso puede acarrear algunos riesgos si no se efectúa de forma adecuada. Igualmente, la venoclisis representa una puerta de entrada para microorganismos capaces de producir infecciones si no se efectúa en condiciones de asepsia. También, puede llevar a la aparición de complicaciones como las flebitis, trombosis o hematomas por punción accidental de una arteria en vez de una vena.
Durante este tipo de reposición es necesario monitorear diversos parámetros tanto de laboratorio como hallazgos al examen clínico del paciente.
Los presentaciones intravenosas no son la primera opción a la hora de recuperar el agua y minerales perdidos. Siempre es preferible hidratar y reponer por vía oral. La vía intravenosa se recomienda para aquellos casos en los que condiciones como los vómitos, estados de conciencia alterados. O bien, alteraciones del equilibrio del organismo hagan que esta técnica resulte más conveniente.