El cuerpo es una máquina perfecta, sus diversas funciones se llevan a cabo reguladas por sistemas de control que son capaces de iniciar o detener procesos. Una de las sustancias que intervienen en estos procesos son los electrolitos, minerales que se encuentran presentes en el organismo. Los cuales, cumplen una gran cantidad de funciones que permiten mantener el equilibrio entre los diversos órganos y sistemas. Si, los electrolitos en el cuerpo humano son esenciales para la actividad muscular.
Por otra parte, estas sustancias cumplen importantes funciones en el organismo. Especialmente, si eres atleta o cumples una rutina de ejercicios de forma regular.
Definición de electrolitos
Son minerales que se encuentran en el organismo en forma ionizada. Es decir, con una carga eléctrica que puede ser positiva (cationes) o negativa (aniones). Por eso, esta condición les permite conducir una corriente eléctrica.
En este sentido, para que estos minerales se ionicen es necesario que se encuentren disueltos en agua. Y como sabemos, en el cuerpo el agua constituye el 60% del peso corporal. Por esta razón, los electrolitos se distribuyen en los dos grandes compartimientos de agua del cuerpo que son el líquido intracelular y el líquido extracelular. Este último incluye la fracción líquida de la sangre que se conoce como suero.
De esta distribución, se deduce que los electrolitos de alguna forma influyen en la distribución del agua corporal. Igualmente, en las interacciones de las células entre sí.
Para qué sirven los electrolitos en el cuerpo humano
Cumplen importantes funciones, como son:
- Regulan y mantienen la cantidad de líquido en el cuerpo.
- Permiten la trasmisión nerviosa.
- Regulan el equilibrio acido-base del cuerpo (pH o nivel de acidez).
- Son necesarios para que se secreten algunas hormonas.
- Permiten que los músculos se contraigan y se relajen.
Son fundamentales para permitir que algunos estímulos químicos se conviertan en fenómenos eléctricos.
Principales electrolitos del cuerpo
Estos se componen de la siguiente manera:
Sodio
Es el principal electrolito relacionado con el mantenimiento del volumen de líquidos en el organismo. Este se encuentra en mayor proporción en el líquido extracelular. Además, se obtiene por la dieta, cada vez que se ingieren alimentos que contengan sal. El exceso de sodio hace que se acumulen mayores cantidades de líquidos, por lo que, su uso excesivo se relaciona con fenómenos. Tales como la elevación de la presión arterial y la acumulación de líquidos en los tejidos conocida como edema.
Potasio
A diferencia del sodio que se ubica fuera de las células, el potasio es el principal electrolito que se ubica en el interior celular. Los electrolitos son los encargados de mantener el voltaje o carga eléctrica de las células. Los cuales influye en su capacidad de responder o no a los estímulos. Este se obtiene de los alimentos, principalmente el cambur y los tomates. Y sus pérdidas ocurren, básicamente por las heces, los niveles de potasio en el organismo son muy sensibles a condiciones como la diarrea.
Cloro
El cloro es un electrolito con carga negativa, ubicado principalmente en el líquido extracelular. Se regula junto con el sodio y de hecho se ingieren de forma conjunta con la sal (cloruro de sodio). La determinación de los niveles de cloro en la sangre permite identificar las causas por las que pudo ocurrir un cambio en el pH o grado de acidez de la sangre.
Calcio
La mayor cantidad se ubica en los huesos. Pero de forma sorprendente sólo el 1%, se encuentra en la sangre en forma de un ion positivo. Además, es imprescindible para que ocurran procesos como la actividad de los músculos y de las neuronas. Así como la coagulación de la sangre, la liberación de hormonas y la actividad de importantes sustancias como las enzimas. Del total contenido en la sangre gran parte se encuentra unido a una proteína llamada albumina, es el calcio sérico. Por otra parte, una fracción se encuentra libre, esta incluye al calcio ionizado.
Fósforo
El fósforo tiene una regulación inversa con el calcio, cuando uno aumenta disminuye el otro. Se ubica principalmente en el hueso y los dientes, sus niveles se encuentran regulados directamente por la acción hormonal. Tal como lo es en el caso del calcio.
Magnesio
El magnesio cumple importantes funciones en la actividad muscular y también es imprescindible para que varias enzimas relacionadas con el metabolismo puedan funcionar adecuadamente. Los niveles de calcio y magnesio experimentan cambios en el mismo sentido. Es decir, si uno de ellos sube el otro también lo hace y viceversa.
Por qué son importantes los electrolitos
Muchos procesos del organismo ocurren por acción de los electrolitos. Uno de los mejores ejemplos es la forma como ocurre la transmisión de los impulsos nerviosos.
La activación de la célula hace que se abran unos canales iónicos llamados canales de sodio, con lo que este ion que se encuentra más concentrado en el exterior de las células pasa a su interior por un gradiente de concentración. Para restaurar el equilibrio, el potasio contenido en el interior sale. Estos movimientos producen cambios en la carga eléctrica de la célula que hace que en ella tenga lugar algún efecto, como liberar sustancias o contraerse. Una vez que ocurre el efecto, se activan bombas que sacan el sodio de la célula. Y estas reingresan el potasio para restaurar el equilibrio quedando esta “lista” para reiniciar el ciclo.
Formas en las que perdemos los electrolitos
Como los electrolitos, se encuentran disueltos en el agua corporal, cada vez que perdemos líquidos perdemos también electrolitos. Igualmente, como ocurre al sudar, vomitar, orinar mucho o cuando se tiene diarrea. Por otra parte, la pérdida de estas sustancias es responsable de varios síntomas que acompañan a condiciones como la deshidratación. Principalmente debilidad, calambres, desorientación e irritabilidad.
El sudor es uno de los principales mecanismos de regulación de la temperatura, durante la actividad física se produce sudor con el fin de enfriar el organismo. El sudor es un líquido, formado principalmente por agua, cloro y sodio. Sustancias que se pierden en mayor o menor proporción de acuerdo con factores como la intensidad y duración del ejercicio. Así como la temperatura de ambiente, el tipo de ropa empleada y factores propios del individuo.
Los trastornos gastrointestinales pueden ocasionar vómitos y diarrea. Estas condiciones son las que más impacto tienen en los electrolitos. Con el vómito se pierden iones de hidrogeno, la diarrea lleva a mayores pérdidas, en especial de potasio y magnesio.
¿Cómo reponer los electrolitos en el organismo?
En situaciones como el ejercicio físico intenso, así como en el curso de enfermedades que se acompañan por diarrea y vómitos, es necesario reponer el agua y los electrolitos. Esto puede hacerse de dos formas, por vía oral o intravenosa.
Electrolitos orales
Existen diversos preparados líquidos diseñados para suministrar electrolitos, en los que la proporción entre estos y el agua es similar a la que normalmente existe en la sangre, por lo que se denominan isotónicos. Algunos de ellos se ofrecen diseñados para deportistas, mientras que otras fórmulas se encuentran en forma de líquidos o sobres para ser disueltos en agua y se recomiendan como parte del tratamiento de la deshidratación en el caso de diarrea y vómitos.
Se recomienda tomar estos preparados incluso antes de que aparezca la sed, de forma periódica mientras persistan las pérdidas de líquidos. Una buena forma de saber si estamos bien hidratados es vigilar la producción de orina. Durante la deshidratación disminuye la cantidad de orina y esta se vuelve más amarilla y concentrada. Sin embargo, cuando se tiene un buen estado de hidratación, la orina se produce en mayores cantidades y suele tener un color claro.
Electrolitos intravenosos
Los electrolitos y los líquidos perdidos también pueden ser repuestos por vía intravenosa mediante el suministro de soluciones. Esto se efectúa en el caso de deshidratación severa, cuando hay cambios importantes en el nivel de electrolitos o en pH de la sangre, así como cuando los vómitos son tan frecuentes que no hay tolerancia a la vía oral.