La dieta hipocalórica consiste en reducir la ingesta de calorías diarias por debajo del nivel necesario, así el cuerpo consume calorías del tejido adiposo para perder peso y reducir volumen, pero uno de sus efectos secundarios es el efecto rebote que conlleva un aumento de peso mayor que el peso perdido.
La causa de este efecto rebote es la ansiedad y la privación debido a una dieta hipocalórica demasiado extrema, con lo que la persona que ha seguido esta dieta vuelve a los antiguos hábitos alimenticios y con un factor emocional añadido al no perder peso que puede llevar a muchas personas a comer más que antes de comenzar la dieta y ganar peso más rápidamente.
Podemos prevenir este efecto rebote si realizamos dietas menos restrictivas en las que te puedas permitir ciertos caprichos y, sobretodo, en la que se creen buenos hábitos alimenticios que debes incorporar a tu día a día.
Como ya dijimos antes, la ansiedad es el factor principal de este efecto rebote. Si nos permitimos comer un plato que elijamos cada tres días de dieta, reduciremos esa ansiedad y podremos continuar con la dieta de una manera exitosa.
No pasa nada si te saltas un poco la dieta, tan sólo un plato en una de las comidas cada tres días. No caigas en esos viejos trucos para autoengañarnos en los que te saltas algo de la dieta y ya tenemos manga ancha para comer a espuertas durante el resto del día. Lo más importante a la hora de ponerse a dieta es la voluntad.
Un factor importante para conseguir nuestro objetivo y decir no al efecto rebote es educar a nuestro organismo, mandarle señales de que siempre hay comida y controlar la ansiedad.
Un primer paso para ir educando a tu organismo es ir reduciendo las raciones, dedica tiempo a comer, come despacio y te saciarás antes, así no necesitarás tanta comida, y aumentas tu actividad física diaria.
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